En 2020, mientras hacía senderismo con una amiga que es médica de atención primaria, le pregunté cómo le iba con su consultorio. Habló sobre las precauciones y dificultades del COVID y también me dijo que nunca había visto tantos adolescentes con problemas de ansiedad. Estaba profundamente preocupada, y hablamos sobre cómo apoyarlos mejor en estos tiempos ajetreados.
Desde entonces, la ansiedad social y la ansiedad generalizada se han convertido en diagnósticos frecuentes (tanto si son diagnosticados por un profesional como autodiagnosticados), y a veces se difunden ampliamente en las redes sociales. Los sentimientos de ansiedad son normales y particularmente frecuentes cuando los adolescentes deben pasar por cambios increíbles. Para algunas personas, el COVID y otros eventos mundiales parecen haber intensificado estos sentimientos de maneras poco constructivas.
¿Cómo podemos ayudar mejor a los adolescentes que forman parte de nuestras vidas? ¿Qué podemos hacer cuando un adolescente siente ansiedad?
El propósito de la ansiedad
A nivel del desarrollo, los adolescentes buscan un sentido de pertenencia; al mismo tiempo, están cambiando drásticamente y redefiniendo sus identidades. Quieren adaptarse, pero necesitan saber quiénes son. La necesidad de pertenecer coincide con un momento egocéntrico, cuando los adolescentes piensan mucho en ellos mismos y asumen que las demás personas hacen lo mismo. Si hago memoria sobre mis años en la escuela media y en la preparatoria, a veces recuerdo haberme sentido nerviosa con respecto a las interacciones sociales.
Otro impacto es la pandemia de COVID. Los niños crecieron en un momento de miedo, sin importar cuánto intentáramos amortiguarles la intensidad del desconcierto y el peligro. Estar en cuarentena afectó el desarrollo social de muchos niños. Perdieron la práctica de estar en situaciones sociales. Algunos dejaron de ir a la escuela, hacer actividades extracurriculares y salir con amigos. Cuando estos niños entraron en la adolescencia, el reingreso a la vida social puede haberles mostrado que necesitaban fortalecer sus habilidades sociales.
Cuál es la mejor manera de ayudarles
Ya sea que a un adolescente se le haya diagnosticado un trastorno por ansiedad formalmente o no, podemos ayudarle validando sus sentimientos. “La validación genera una intensa conexión y brinda motivación y esperanza”, escribe Carol Landau, Ph.D. de Grown and Flown. Mi primera respuesta es desear impulsar a mis hijos hacia lo que creo que es la mejor opción. A veces, debo hacer una pausa y recordar que debo demostrar empatía primero. Puedo asegurarles que sus sentimientos son una respuesta característica a lo que está sucediendo en sus vidas
“Entiendo por qué estás estresado. ¡Me sentiría igual si dos de mis amigos estuvieran discutiendo!”
o empatizar con sus sentimientos
“Parece que tuviste un día difícil. ¿Quieres una taza de té?”
Debemos tener cuidado de no fomentar la evasión de las situaciones que producen ansiedad. Debemos ayudar a nuestros hijos a sentirse capaces de hacerse camino en la vida, no crearles una burbuja. En lugar de eso, sugerimos dividir un desafío en tareas más pequeñas y manejables.
“Sé que no quieres llamar al médico para programar tu cita, pero ya es hora. Me sentaré contigo la primera vez que llames. ¿Quieres practicar para saber qué te preguntará la recepcionista y planear cómo responder?”
Respirar profundamente y una sesión de meditación son prácticas eficaces para algunas personas con ansiedad. Si un adolescente es receptivo, pueden practicar juntos o sugerirle una aplicación que pueda intentar. Una estrategia llamada “Ponle un nombre para domarlo”, según explica el Dr. Dan Siegel, es otra herramienta a largo plazo que podemos usar con los adolescentes. Pueden internalizar esta idea y tranquilizarse por su cuenta, con la práctica.
Cuando la ansiedad puede ser algo bueno
Como solía enseñarles a mis estudiantes jóvenes, los sentimientos son solo eso: sentimientos. No hay sentimientos “buenos” ni “malos”. Algunos sentimientos pueden ser más desafiantes o intensos que otros, pero todos nos ofrecen información. La ansiedad nos avisa que algo necesita nuestra atención. Como escribe la Dra. Lisa Damour para New York Times: “La intensidad de sus nervios debe coincidir con la magnitud del problema que debe enfrentar. Sentir tensión antes de un partido importante es adecuado y puede hasta incluso mejorar su desempeño”. Sentir ansiedad antes de una evaluación importante puede motivar a un adolescente a estudiar más. La ansiedad y el nerviosismo son una reacción adecuada a un sentimiento adecuado. También podemos enfocar los sentimientos difíciles de nuestros hijos como oportunidades para que ellos aprendan habilidades de afrontamiento. Nadie tiene una vida sin estrés. Es probable que sintamos ansiedad. Michelle Icard nos inspira a ser “jardineros” para nuestros hijos y nos recuerda que, cuando los niños experimentan situaciones desafiantes, se empoderan. Respirar profundamente varias veces, confrontar nuestros miedos razonables y usar nuestros sentimientos como información —y no como determinantes para la toma de decisiones— son lecciones importantes que nuestros hijos deben aprender.
Cuándo solicitar ayuda
Si un adolescente evita situaciones de las que generalmente disfrutaría, tiene dificultades para asistir a clases o mantener su situación académica habitual, es posible que sea hora de comunicarse con un consejero escolar o un terapeuta. Si un adolescente siente ansiedad sin motivos, también puede ser causa de preocupación. Los pediatras y los médicos de atención primaria también pueden ofrecer remisiones a un terapeuta del comportamiento. Desde luego que, si tiene inquietudes con respecto a autolesiones o suicidio, busque atención inmediata (vaya a la sala de emergencias local, llame al 988 o envíe un mensaje de texto al 678-678 para solicitar apoyo para miembros de la comunidad LGBTQIA2S+ con el Proyecto Trevor).
Recursos
Artículo sobre la ansiedad para adolescentes en español
The Emotional Lives of Teenagers (La vida emocional de los adolescentes) de la Dra. Lisa Damour
Mind Over Mood (El control de tu estado de ánimo) de la Dra. Christine A. Padesky y el Dr. Dennis Greenberger
My Anxious Mind (La mente inquieta) (libro para adolescentes) del Dr. Michael Anthony Tompkins y la Dra. Katherine Martínez
Social Anxiety Relief for Teens (El alivio de la ansiedad social para adolescentes) de la Dra. Bridget Flynn Walker
Por Megan McQueen. Traducción al español por IRCO’s International Language Bank.
Megan McQueen es una cariñosa maestra, entrenadora, consultora y escritora. Basa su trabajo en la educación empática, para lo cual imparte un fuerte sentido de comunidad y habilidades sociales a aquellos con quienes trabaja. Megan prioriza el aprendizaje emocional y las habilidades de resolución de problemas. Cuando no está trabajando, lo más probable es que esté jugando con su esposo, sus dos hijos y su perrito.
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