Durante la cuarentena, me di cuenta de lo significativas que eran las conexiones emocionales para nuestra salud mental. Extrañaba con desesperación mis conversaciones terapéuticas con amigos cercanos y las pláticas con personas conocidas con quienes me topaba por la ciudad. Conectarnos con otras personas nos da la oportunidad de sentirnos más felices y reduce los sentimientos de depresión y ansiedad.
¿Cómo podemos cultivar nuestra inteligencia social y la de otros, es decir, la forma en que entendemos, interactuamos y nos presentamos ante el mundo? (Definición de Jessica Swainston, PhD)
Sé curioso, no crítico
Como Ted Lasso (advertencia: lenguaje adulto) nos enseñó, la curiosidad tiene un poder increíble. Podemos aplicar esta curiosidad en nosotros mismos, así como en otros. “Tenemos que ver dentro de nosotros mismos, sentir curiosidad por nuestro pasado y nuestras emociones, y no solo basarnos en lo que aprendemos sobre el mundo que está fuera de nosotros”, escribe Scott Shigeoka. Podemos abstenernos de juzgar nuestros pensamientos y, de esta forma, desarrollamos la capacidad para hacer esto por otros. Cuando escuchamos y respondemos a nuestras familias, recordar apoyarnos en el asombro puede ayudarnos a mantenernos conectados. Podemos ayudar a nuestras familias a llevar este sentido de curiosidad de regreso a sus hogares para fortalecer sus relaciones.
¿Cómo desarrollamos la inteligencia social?
Podemos desarrollar y perfeccionar las habilidades que nos ayudarán a conectarnos con otros. Podemos usar un poco de energía para tomar en cuenta nuestro lenguaje corporal. Por supuesto, hay diferentes normas culturales, así que debemos tener cuidado de interpretar correctamente el lenguaje corporal de otros y respetar el espacio personal de las personas. Podemos ofrecer sonrisas cálidas, asentir con la cabeza y mantener las manos al descubierto (esto envía un mensaje de seguridad). También podemos demostrar que estamos escuchando realmente sin distracciones. Los relojes inteligentes son útiles por muchas razones, pero para poder darle nuestra atención a alguien, debemos ignorar las notificaciones mientras estamos conversando. Saludar a las personas por su nombre y recordar algo que han compartido con nosotros (“¡Hola, Alfonso! ¿Cómo te fue con la mudanza este fin de semana?”) transmite un mensaje de que son valiosas para usted. Se sienten queridas y conectadas.
Ofrezca comentarios empáticos
Queremos cultivar espacios honestos y vulnerables para apoyar las conexiones y el crecimiento de nuestras familias. Podemos escuchar y encontrar oportunidades para nuevos aprendizajes. Es más probable que veamos un cambio cuando podemos ofrecer sugerencias compasivas en lugar de dar sermones. Daniel Goleman dice lo siguiente sobre el poder de los líderes empáticos: “Los entrenadores y mentores que más destacan son los que saben meterse en la cabeza de las personas a las que están ayudando. Saben cómo dar retroalimentación eficaz. Saben cuándo empujar para obtener un mejor desempeño y cuándo dar un paso atrás”. Desarrollar la comunidad y un sentido de que todos estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo nos ayudará a navegar por la danza de empujar o esperar por un mejor momento.
Celébrelo
Cuando señalamos las conexiones de otros, ayudamos a desarrollar su músculo de inteligencia social. Mitch Prinstein escribe que podemos “replantear el conflicto como una oportunidad para entender mejor cómo las personas profundamente razonables pueden sentirse con respecto a los puntos de vista opuestos”. Durante nuestras clases de educación de crianza, podemos hacer esto conforme las familias comparten sus dificultades. En lugar de una mentalidad de “yo contra ellos”, podemos alentar a las familias a tener una conversación colaborativa con marcos de frases sencillas.
Recursos:
Popular por Prinstein
Seek por Shigeoka
Inteligencia social por Albrecht
Inteligencia social por Goleman
“Talking Mastery and Social Intelligence”, episodio 3 de The Psychology Podcast
Por Megan McQueen. Traducción al español por IRCO’s International Language Bank.
Megan McQueen es una cariñosa maestra, entrenadora, consultora y escritora. Basa su trabajo en la educación empática, para lo cual imparte un fuerte sentido de comunidad y habilidades sociales a aquellos con quienes trabaja. Megan prioriza el aprendizaje emocional y las habilidades de resolución de problemas. Cuando no está trabajando, lo más probable es que esté jugando con su esposo, sus dos hijos y su perrito.
¡Lea y obtenga más información sobre Oregon Parenting Education Collaborative en nuestro blog.