Por Megan McQueen
Cuando su refugio en casa se convierte en un lugar de miedo y dolor, tomar medidas para cuidar de su familia puede parecer abrumador. Crear un plan de seguridad y un sistema de apoyo puede brindar una sensación de empoderamiento. Puede amar a su familia y, al mismo tiempo, tomar medidas para evitar que tanto usted como sus hijos estén expuestos a la violencia. Es habitual sentirse “congelado(a)” y con miedo a hablar de sus experiencias, pero acudir a alguien de confianza puede ayudarles a usted y a su familia a encontrar el apoyo y la comunidad que son fundamentales en tiempos de crisis. La comunicación motiva a sus hijos a controlar sus sentimientos.
Si usted o su familia han sufrido violencia emocional o física, no están solos. Espero que las sugerencias que se presentan a continuación ofrezcan algunas medidas concretas para poder crear una guía de seguridad y apoyo. Tanto si quiere dejar su situación de vida para ir a un hogar más seguro como si quiere buscar ayuda y recuperación mientras se queda en casa, esperamos que las siguientes ideas sean una fuente de consuelo.
La seguridad en primer lugar
Si usted o sus hijos no se encuentran en una situación segura, recurra a su comunidad para conocer los recursos que tiene a su disposición y encontrar un lugar donde alojarse. La línea directa nacional de ayuda contra la violencia doméstica (1-800-799-SAFE) puede ayudarle a encontrar atención inmediata. Póngase en contacto con los apoyos locales mediante la organización Call to Safety. La Coalición contra la Violencia Doméstica y Sexual de Oregon puede orientarle sobre los albergues y los apoyos locales, como el Centro contra la Violación y la Violencia Doméstica (CARDV, por sus siglas en inglés). Oregon ayuda a proporcionar asistencia económica temporal a las familias que necesitan un lugar seguro para mudarse. Si sus hijos asisten a la escuela, el personal puede orientarle sobre los recursos locales. Oregon brinda asesoramiento para solicitar una orden de restricción en caso de que sea necesario. Esos recursos mantienen la confidencialidad para proteger su seguridad y bienestar. Aunque usted no esté en crisis, puede llamar para obtener información sobre las opciones que tiene o llamar en nombre de un(a) amigo(a).
Demuéstrese amor
Esta es una situación difícil, y usted merece amor y seguridad. Dese libertad para sentir todo lo que surja. Intente ocuparse tanto de su físico como de sus necesidades emocionales. Dormir, mover el cuerpo y comer sano son medidas esenciales para la recuperación. Puede ser útil escribir en un diario. Considere la posibilidad de recurrir a un médico o terapeuta para que le ayude a procesar su trauma, especialmente si está considerando o aumentando los comportamientos perjudiciales. (Línea nacional para la prevención de suicidios 1-800-273-TALK; Ayuda en español 1-888-628-9454; Trans Lifeline; Blackline)
Ayude a sus hijos
Ayudar a que sus hijos se sientan seguros será la primera medida para abordar sus sentimientos. Comuníquese con los demás adultos que forman parte de su vida (maestros, proveedores de cuidado infantil, abuelos, etc.) para que todos puedan planificar sus respuestas a los sentimientos de los niños. Puede ser fundamental recomendarles a los adultos que se mantengan flexibles. Las rutinas y las expectativas coherentes proporcionarán límites para ayudar a que los niños se sientan seguros. Ayude a sus hijos a dormir lo suficiente. Algunos niños querrán hablar sobre su experiencia y otros quizá necesiten procesarla mediante otros métodos, como el juego imaginativo. Considere comunicarse con consejeros para su familia. Proporcione a sus hijos títeres, muñecos, materiales para dibujar y otros elementos creativos que alimenten la imaginación.
Sea consciente
A veces, los niños necesitarán más paciencia y tiempo durante las transiciones. Quizá no quieran estar lejos de usted o necesiten medidas adicionales para separarse de usted o de su escuela. Los niños también pueden mostrar regresión en las etapas del desarrollo, como mojar la cama o chuparse el dedo. Conviene guiarlos con compasión y tratarlos como la versión más joven de sí mismos. Es posible que quiera reducir el acceso a personas, películas o juegos violentos. Aprenda maneras de manejar su estrés para reaccionar ante sus hijos con amor. Quizá sus hijos necesiten más abrazos y conexiones con usted. También pueden necesitar apoyo profesional si han sufrido o han sido testigos de violencia, parecen tristes, se quejan de malestar físico o no se comportan como siempre. Algunos niños quizá presenten retrasos en su desarrollo y pueden beneficiarse de la ayuda de un experto. Hable con su pediatra, sus consejeros y con el personal de la escuela de los niños. Tal vez quiera buscar apoyo en organizaciones que puedan ayudarle con su situación, como Al-Anon (alcohol), NAMI (salud mental), Línea Nacional de Ayuda de SAMHSA o Families Anonymous (adicción a las drogas). La mayoría de estas organizaciones tienen opciones de llamada, chat en línea y mensajes de texto, tanto si se encuentra en un momento de crisis como si simplemente desea obtener más información.
Puede ayudarse a sí mismo(a) y ayudar a su familia a encontrar consuelo y recuperación. Dedicar tiempo a jugar, escuchar y hablar con sus hijos puede marcar una gran diferencia en sus relaciones. Puede fortalecer su resiliencia mientras busca asistencia para su familia. Sea amable consigo mismo(a) y con sus hijos en el proceso.
Recursos
- Al-Anon: apoyo para amigos y familiares alcohólicos
- Daddy’s Waves/Mommy’s Waves, de Chandra Ghosh Ippen (libro ilustrado)
- Healing the Trauma of Domestic Violence de Kubany, Laconsay y McCaig
- If These Wings Could Fly de McCauley (libro de ficción para adultos jóvenes)
- Coalición Nacional contra la Violencia Doméstica
- Once I was Very Very Scared/Una vez tuve mucho mucho miedo, de Chandra Ghosh Ippen (libro ilustrado)
- Something Is Wrong at My House (Algo anda mal en mi casa), de Davis (libro para niños pequeños)
- What Happened to You? de Perry y Winfrey
- You Weren’t With Me/Cuando no estabas conmigo, de Chandra Ghosh Ippen (libro ilustrado)
Megan McQueen es una cariñosa maestra, entrenadora, consultora y escritora. Basa su trabajo en la educación empática, para lo cual imparte un fuerte sentido de comunidad y habilidades sociales a aquellos con quienes trabaja. Megan prioriza el aprendizaje emocional y las habilidades de resolución de problemas. Cuando no está trabajando, lo más probable es que esté jugando con su esposo, sus dos hijos y su perrito.