Cuando trabajo como voluntario, salgo de mi mundo y me alejo de mis preocupaciones. Me enfoco en la persona que tengo frente a mí y en cómo puedo ayudarle. Obtengo perspectiva del mundo que me rodea y de mi existencia. Me siento agradecida por los privilegios que tengo. Pero no me anoto para trabajar como voluntario porque me hace sentir bien. Existe la necesidad y yo puedo ayudar a satisfacerla. Colaboro porque, para mí, de eso se trata ser un buen ciudadano del mundo. También quiero inculcar estos valores y el sentido de propósito a mis hijos. Fui en busca de expertos para obtener asesoramiento sobre cómo lograrlo.
¿Cuál es su razón?
La Oficina de Extensión de la Universidad de Nevada, Reno, informó de que los jóvenes que se ofrecen como voluntarios tienen menos probabilidades de incurrir en comportamientos destructivos y más probabilidades de obtener buenos resultados en la escuela y graduarse. Cuando hablé con una adolescente que trabaja a menudo como voluntaria, me contó que se siente bien haciendo algo sin requisitos ni beneficios: “Me gusta mi trabajo, pero lo conseguí para ganar dinero. Con el voluntariado, no recibo dinero, pero tengo una motivación personal para hacerlo. Me siento parte de la comunidad. Me da una tarea para hacer que es diferente”. Recientemente, la Dra. Traci Baxley habló en el pódcast “Ask Lisa: The Psychology of Parenting”(Pregúntele a Lisa: la psicología de criar a sus hijos) sobre la crianza de niños compasivos y compartió estos comentarios impactantes: “Cuantas más oportunidades tengan [los niños] de prestar servicio a otras personas, menos se encerrarán en lo que les ocurre. Logran… notar sus privilegios por lo que son, ya sea la raza, el nivel socioeconómico, la edad, la religión; cualquiera sean dichos privilegios. Logran ver cómo pueden utilizar estos privilegios como herramientas de cambio, herramientas para la acción. Cuantas más oportunidades tengan de ver la perspectiva de otras personas y de actuar por otras personas, más se fomenta su capacidad de ser menos egoístas y de pensar más en cómo pueden ayudar a otras personas.”
¿Cómo podemos motivar a nuestros hijos a encontrar un propósito?
Sabemos que nuestros hijos siempre nos observan. Podemos inspirar a nuestros hijos dándoles el ejemplo de lo que queremos ver. Encontrar un propósito en nuestro trabajo, voluntariado, aficiones o conexiones con nuestras comunidades y hablar con nuestras familias sobre estos aspectos de nuestras vidas puede inculcar eficazmente estos valores. Podemos buscar oportunidades para que nuestras familias participen juntas para ayudar a nuestra comunidad. Cuando observamos a nuestros hijos en una acción decidida, podemos celebrarlo. Angela Duckworth sugiere en CharacterLab: “Señale las relaciones entre las actividades y las metas a largo plazo:” “Tiene sentido que te hayas anotado en el club de programación de la escuela de ‘Girls Who Code’, ya que siempre te ha interesado la computación y ahora puedes ayudar a enseñar a los niños más pequeños.”
Cómo encontrar oportunidades
La escuela de su hijo puede ser un buen lugar para empezar a buscar proyectos de servicio adecuados para la edad. Muchas escuelas tienen un club de servicio comunitario (Rotary/Interact) o programas sancionados en los que los niños pueden anotarse. Algunas ciudades se asocian con cuerpos de jóvenes voluntarios para ayudar en la ciudad. Los grupos religiosos suelen tener muchas conexiones con las necesidades locales. Las asociaciones de niños exploradores (scouts) y las organizaciones similares suelen tener un componente de servicio a la comunidad. Las familias pueden buscar juntas las formas en que pueden ayudar. Colabore con el rastrillado de hojas secas y sorprenda a un vecino anciano, comparta una olla de sopa con los amigos que acaban de tener un bebé, y ofrezca comidas horneadas a sus amigos que están atravesando una situación difícil. Los niños pueden pintar rocas para dejarlas por la ciudad o pintar con tiza en la acera algo de arte alegre y temporaria. Quizás, hacer que este proyecto de servicio sea una meta por mes para su familia motivará a todos a pensar en formas creativas de ayudar a los demás.
Recursos
Boletín informativo de “Assembly a Malala Fund Publication”.
Libro “Be a Changemaker” (Cómo ser agente del cambio), escrito por Thompson
Libro “Kid’s Guide to Service Projects” (Guía infantil de proyectos para prestar servicio) escrito por Lewis
Libro “Social Justice Parenting” (Justicia social en la crianza de niños) escrito por Baxley
“VolunteerMatch” (Sitio web de conexión entre organizaciones sin fines de lucro y voluntarios)
“Youth Volunteer Corps” (Cuerpo de jóvenes voluntarios)
Por Megan McQueen. Traducción al español por IRCO’s International Language Bank.
Megan McQueen es una cariñosa maestra, entrenadora, consultora y escritora. Basa su trabajo en la educación empática, para lo cual imparte un fuerte sentido de comunidad y habilidades sociales a aquellos con quienes trabaja. Megan prioriza el aprendizaje emocional y las habilidades de resolución de problemas. Cuando no está trabajando, lo más probable es que esté jugando con su esposo, sus dos hijos y su perrito.
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