Ser padre es una de las cosas más difíciles que algunos de nosotros haremos en nuestra vida! ¡Especialmente cuando se trata de cómo disciplinamos a nuestros hijos cuando cada uno de ellos tiene su propia personalidad!
Para ayudar a aclarar qué es la disciplina, es cuando, como padres, tomamos lo que aprendimos mientras crecíamos y enseñamos a nuestros hijos cómo comportarse apropiadamente. Recuerde, no escuchar o hacer algo que se supone que no deben hacer es parte del crecimiento de nuestros hijos. Tenemos que enseñarles a comportarse y manejar sus emociones cuando no quieren escuchar o no quieren hacer lo que les pedimos.
En este artículo, les damos algunas ideas que los padres pueden utilizar para disciplinar a sus hijos en edad preescolar. Esperamos que esto pueda ayudar en momentos en los que no están seguro de qué hacer, como cuando su hijo/a no escucha o cuando está haciendo algo que usted no quiere que haga. Todos hemos pasado por eso y, al final del día, todos estamos haciendo lo mejor que podemos.
¡Primero vamos a establecer una base para nosotros como padres!
Primero – brinde calidez, amor y apoyo emocional.
¡Sí, puede mostrar emociones! De hecho, es importante que su hijo vea todos que usted también tiene emociones para que se sienta seguro al expresar sus propias emociones. Como padres, siempre habrá momentos en los que nos sentiremos hartos, como si no quisiéramos hacer nada más que gritar. ¡Esto es completamente normal! Sin embargo, si descubre que hay momentos en los que no puede controlar sus emociones con su hijo, es importante que se tome un momento, se aleje y se cuide usted mismo.
Puede salir a caminar, hablar con alguien de confianza, leer libros, ver su programa de televisión favorito o pasar un rato mirando las redes sociales. Hacer cosas que le gustan hará que sea mucho más fácil ayudar a su hijo a superar las emociones intensas y, al mismo tiempo, que corregir el mal comportamiento.
Segundo – Mantenga la calma y tenga paciencia.
¡Es mucho más fácil decirlo que hacerlo! Como padres, queremos lo mejor para nuestros hijos y queremos que se conviertan en adultos respetuosos y cariñosos. Entonces, ¿cómo mantenemos la calma durante los momentos tensos y por qué es importante mantener la calma?
Mantener la calma cuando nuestro hijo nos hace enojar o hace algo que nos da vergüenza puede parecer imposible. ¿Entonces, simplemente ocultamos nuestros sentimientos y pretendemos que todo está bien? La respuesta simple es no.
Para controlar nuestras emociones mientras aplicamos la disciplina, primero debemos reconocer lo que sentimos cuando nuestro hijo se porta mal. Deberíamos preguntarnos: ¿Estoy enojado con mi hijo? ¿Estoy decepcionado? ¿Me da vergüenza?
Si nos sentimos molestos, es posible que deseemos alejarnos de nuestro hijo por un momento, respirar profundamente unas cuantas veces y contar hasta diez en silencio, o simplemente respirar hasta que estemos tranquilos nuevamente. Con el tiempo, podremos explicarle por qué estamos molestos con voz tranquila y tener paciencia mientras nos explican su versión de los hechos. Esto no sólo hará que su hijo se sienta escuchado, sino que también le enseñará a controlar sus propias emociones cuando se enoje.
Tercero – no olvide explicar por qué se les disciplina y piense antes de hablar.
En el momento, podríamos decirle a nuestro hijo: “¡Escúchame, porque yo lo digo!”. A veces sucede. Cuando nuestro hijo está tranquilo, solo queremos explicarle nuestras razones, para que entienda por qué su comportamiento es inapropiado. Si el niño parece no entender, puede resultar útil explicarle las consecuencias de sus acciones a través de un cuento. Piensa en una historia o en un dicho que quizás haya aprendido cuando era niño/a. Las historias y los refranes son una excelente manera de enseñar a los niños/as sobre comportamientos apropiados.
Bueno. Ahora que tenemos una base para nuestros comportamientos como padres, ¡exploremos diferentes formas de disciplina y recuerde tiene que encontrar lo que funcione para usted!
Con tanta información de los medios de comunicación, puede resultar abrumador encontrar la forma “correcta” de disciplinar. ¡La verdad es que no existe una forma correcta de disciplinar! Discutiremos algunas estrategias que tienden a funcionar con niños en edad preescolar, pero cada niño es diferente, por lo que está bien si algunas de estas estrategias no funcionan; ¡Siempre puedes probar uno diferente!
Recuerde, no le dé nalgadas ni utilice ninguna otra forma de castigo físico, ya que esto podría provocar problemas emocionales a medida que el niño crezca. Los niños cuyos padres están tranquilos durante la disciplina tienen más probabilidades de ser sociables y tener buenas relaciones. Si usted a usada castigos físicos en el pasado, está bien. ¡Nunca es demasiado tarde para cambiar la forma en que disciplinamos a nuestros hijos!
Entonces, ¿qué podemos hacer en su lugar? A continuación, le ofrecemos algunas ideas sobre qué hacer en situaciones en las que es posible que no sepa cómo responder al mal comportamiento de su hijo:
Dale consecuencias. A veces su niño no quiere recoger sus juguetes. Sería más fácil simplemente limpiar el desorden para nuestros niños en edad preescolar, lo cual está bien hacerlo de vez en cuando. Sin embargo, pedirles que limpien sus juguetes les ayudará a entender que sus acciones tienen consecuencias. Si se niegan, puede quitarles sus juguetes y recordarles que si quieren jugar, también deben limpiar sus juguetes. Si cambian de opinión y limpian, podríamos decirles: “¡Excelente trabajo limpiando!”. Después de escuchar esto, es probable que el niño se sienta bien limpiando sus juguetes e incluso podría limpiarlo en el futuro.
¡Ignore el comportamiento siempre que el niño este seguro! Por ejemplo, un niño llora y grita en la tienda porque no quiero comprarle un juguete. Sí, sí, sé que es vergonzoso que cuando nuestros hijos gritan y que todos te miren como si nunca les hubieran pasado. Está bien, deje que todos se queden mirando e ignoren el comportamiento hasta que su hijo se calme.
Dígales a sus hijos lo que quiere que hagan en lugar de decirles lo que no deben hacer. Por ejemplo, en lugar de decir no saltes sobre la cama, puedes decir algo como “La cama es para dormir, puedes saltar al piso de la sala o afuera”. O, si están corriendo y no queremos que corran, podemos decir algo como “Usemos nuestros pies para caminar”.
Ahora que tiene algunas ideas sobre cómo disciplinar a sus hijos, recuerde que si les dice a sus hijos que tiene una consecuencia por portase mal la tiene que cumplir y no dejar que la hagan sentir culpable.
Cumplir con las consecuencias ayudará a nuestros hijos a saber que hablamos en serio. Si les decimos a nuestros hijos que les quitarán el iPad o el juguete si no se cepillan los dientes, es importante que cumplamos nuestra palabra. Si no cumplimos, este comportamiento podría continuar porque pueden asumir que no hablamos en serio o que se la haremos de todos modos. Cumplir con las consecuencias les ayudará a comprender que queremos decir lo que decimos y que no se saldrán con la suya en el futuro.
Toma tiempo y práctica para encontrar formas de disciplinar a nuestros hijos de una manera que funcione para ellos y les ayude a aprender, ¡así que tenga paciencia consigo mismo y con sus hijos!
Authors: Emma Swertfeger & Guadalupe Díaz Lara
Translation by: Nancy Perez Sanchez
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