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Policy Briefs

Toward Just and Livable Wages: Early Educator Compensation Reform in Oregon

Maya Johnson, PhD student in Human Development and Family Sciences, has just finished her policy brief on how to address Oregon’s early childhood education and care crisis.

Abstracts

The child care workforce provides critical support to Oregon communities and families. Child care providers educate our children and ensure their safety for many hours per week. Access to affordable and high-quality child care is critical for parents to be employed and provide for their family. Yet, while early educators have become increasingly qualified to provide high-quality care for every child over the years, their wages have remained stagnant. This issue has lead to a provider turnover and retention crisis that drives the systemic inequalities Oregon’s Early Childhood Education and Care system is trying to fix, leaving families scrambling for stability and support. To remedy this, Oregon should enact policies that give providers a just and livable wage through stable and direct financial support, strong contracts, and a collective voice.  

El cuidado infantil es un servicio fundamental para apoyar a las comunidades y familias de Oregón. Los trabajadores de cuidado infantil son responsables de mantener seguros a los miembros más vulnerables de nuestra sociedad durante muchas horas de la semana y son una gran fuente de apoyo para los padres que trabajan. A lo largo de los años, los educadores de la primera infancia se han vuelto cada vez más calificados y se esfuerzan por lograr un cuidado de alta calidad para cada niño. Sin embargo, los salarios para respaldar sus esfuerzos se han mantenido estancados. La combinación de baja compensación para un trabajo altamente exigente que requiere habilidad y capacitación ha llevado a una crisis de rotación y retención que impulsa las desigualdades sistémicas que el sistema educación temprana (ECEC) de Oregon está tratando de corregir, dejando a las familias luchando por la estabilidad y el apoyo. Para remediar esto, los proveedores deben recibir un salario justo y digno a través de apoyo financiero público directo, contratos sólidos y una voz colectiva.

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