Los programas puente de ciencia e ingeniería ayudan a las minorías a adaptarse al entorno universitario.

Cuando la novata Maria Ramirez decidió que quería estudiar ingeniería industrial, sabía que eso significaría asistir a una de las universidades grandes que ofrecía el programa.

Proveniente de la escuela Valley Catholic High School de Portland (una escuela de solo 375 estudiantes), Ramirez dice que le intimidaba pensar que debía intentar encontrar una comunidad en una universidad grande.

Aunque el alumnado de la Universidad del estado de Oregon (OSU) no era el más grande de las facultades para las que había aplicado Ramirez, los 25000 estudiantes de la OSU significaban que la facultad era aún 60 veces más grande que la unida escuela secundaria de Ramirez.

Para facilitar su transición a la OSU, Ramirez se inscribió en el programa de Becas de verano de las Alianzas de Louis Stokes para la Participación Minoritaria (LSAMP), un programa puente de 10 días que conoció a través de un mensaje de correo que recibió de la OSU.

LSAMP
Los participantes de las LSAMP completaron los ejercicios de cooperación en equipo durante el programa de dos semanas.

La idea detrás del programa es darle a los estudiantes minoritarios que se especializan en programas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemática (STEM) tiempo para acostumbrarse a la universidad, aprender sobre sus recursos académicos y conocer personas nuevas: todo en un par de semanas antes de que comience el período de otoño.

“Tenía miedo de que, con tantos estudiantes, no se pudiera hacer nada”, dice Ramirez. “Pero conocer a la gente aquí y hacer esos vínculos realmente ha ayudado. Nos podemos ayudar entre nosotros”.

Ramirez fue una de los 36 estudiantes que participó en uno de los dos programas puente de Becas de verano de las LSAMP de la OSU este año. Uno, financiado por Intel Corporation, se encuentra en su segundo año ofreciendo la especialización en ingeniería para minoridades. El segundo, para aquellos que se especializan en otras ciencias, se realizó por primera vez este año: está financiado por una beca de cinco años otorgada por la organización nacional de las LSAMP, que apoya recursos para minorías étnicas en programas de STEM. La beca también financia una puesto de coordinador del programa y suministros para el programa, al igual que fondos para que los estudiantes de las LSAMP realicen investigaciones universitarias y viajen a conferencias.

Los estudiantes de las Becas de verano de este año asistieron a las clases, realizaron pruebas de laboratorio y escucharon presentaciones sobre los recursos y las oportunidades en la OSU orientadas a generar interés en el material que estudiarán en sus especializaciones y los programas que pueden ayudarlos a alcanzar el éxito.

El novato Nickolos Dennis, un estudiante de zoología, dice que la información presentada cuando estudió en el extranjero y las pasantías lo dejaron entusiasmado para aprovechar la oportunidad de estudiar la fauna y flora a través de una pasantía internacional.

“Realmente me gusta cómo ha resultado conveniente para nosotros tener tantas conexiones para pasantías y otras oportunidades de avanzar en la facultad” dice Dennis. “Creo que el hecho de que podíamos obtener tanta información interna hace que esas oportunidades parezcan tan al alcance”.

Además de las actividades académicas, los estudiantes también completaron juntos los ejercicios de cooperación en equipo en el curso de cuerdas de la OSU, realizaron servicios comunitarios al aire libre e hicieron un viaje de rafting. Para darles a los estudiantes una idea de lo que podrían hacer como profesionales trabajadores en sus campos, el programa incluyó una visita al campus de Intel en Portland para los estudiantes de ingeniería y una visita al Centro de Ciencias Marinas Hatfield en Newport para el grupo de ciencia.

“El objetivo principal es aumentar la cantidad de estudiantes que se gradúan en los programas de STEM” dice Marleigh Perez, coordinadora del programa de las LSAMP de la OSU. “Creo que la forma principal en la que el programa lo logra es realmente conectar a estos estudiantes con el campus y entre ellos desde el comienzo. Creo que los ayuda a sentirse parte del lugar y que tienen una comunidad en STEM”.

Una comunidad es exactamente lo que el estudiante de segundo año Marlon Mejia dice que encontró durante el programa de Becas de verano del año pasado. Mejia llegó a la OSU para estudiar ingeniería civil e ingresó al programa de las LSAMP luego de ser alentado por su asesor de la escuela secundaria. La experiencia, dice Mejia, lo ayudó a solidificar su interés por la ingeniería civil, generar confianza para asistir a clase y comunicarse con los profesores, y crear amistades duraderas.

“Ellos son mis amigos más cercanos” dice Mejia sobre los estudiantes que conoció durante las Becas de verano. “Hablo con ellos todo el tiempo. Estudiamos las tablas, tomamos las mismas clases y la mayoría de ellos viven en mi residencia. El programa puente realmente ayuda a establecer un sentido de quienes son tus amigos antes de que comience la facultad y hace que la universidad sea un entorno positivo”.

Inspirado por su propia experiencia con Becas de verano, Mejia regresó al programa este año como líder de grupo y trabajó con estudiantes durante las actividades, compartió información sobre las clases, los recursos y como sentirse cómodo en el campus.

“Me gusta mucho el programa puente. Me gusto lo que hizo en mí y creo que puedo devolverlo”, dice Mejia. “Lo veo como una oportunidad de ayudar a los demás y convertirse en jóvenes líderes”.

El liderazgo es especialmente enfatizado luego de completar el programa puente, cuando los estudiantes de las Becas de verano orientan a otros novatos en las actividades durante la semana CONECTAR.

Después del programa puente, los estudiantes son alentados no solo a continuar en contacto con sus compañeros novatos de las LSAMP, sino también con sus líderes compañeros y facultad de las LSAMP. Los estudiantes participan en eventos regulares del programa, incluidos los talleres de resumen, la preparación académica, los desayunos gratuitos y las presentaciones de representantes de la industria.

“Veo a la mayoría de ellos todas las semanas, o todos los días”, dice Perez sobre los estudiantes que han sido parte del programa de las LSAMP. “Hemos podido conocer a algunos estudiantes realmente excelentes que creo que de otro modo hubieran pasado inadvertidos”.

Para Ramirez, esos esfuerzos ya han tenido éxito. En su clase más grande del período, Ramirez dice que responde al tamaño de la clase al sentarse al frente y estudiar con amigos.

“Me siento mucho mejor”, dice Ramirez. “La clase está en un gran auditorio, pero cuando estás al frente, no se ve para nada mal, y siento como que ya conozco a la gente, lo cual realmente ha ayudado”.

-Historia de Kayla Harr

 

 

 

 

en Inglés

Un Ecampus ayuda a los profesionales de la salud a identificar mejor los casos de inseguridad alimentaria en los niños.

Dana West se sentó en el consultorio del pediatra con sus dos hijos a cada lado y sintió que su fachada de “puedo hacer de todo” se derrumbaba lentamente. Solo fue necesaria una simple pregunta.

“No quería admitir que no podía darle a mis hijos todo lo que necesitaban. Era una mamá demasiado orgullosa”, dice West, una madre soltera de Portland, Oregon. “Cuando su médico me preguntó si les daba a mis hijos todo el alimento que ellos necesitaban, me quebré.

“Y en realidad fue en ese momento cuando las cosas comenzaron a mejorar”.

Provistos de información nueva sobre un curso gratuito que ofrecía en línea el Campus extendido (Ecampus) de la Universidad del estado de Oregon, el cual fue desarrollado por un montón de expertos médicos, los proveedores de atención médica en todo el estado y más allá pueden identificar mejor los casos de inseguridad alimentaria y hambre en los niños. Este es el producto de un mayor esfuerzo por hacer preguntas de revisión médica y brindar los recursos adecuados a los pacientes.

Anne Hoisington
Anne Hoisington ayudó a crear un curso para que los profesionales de la salud identifiquen la inseguridad alimentaria en los niños.

Y aunque es demasiado prematuro declarar que los problemas con el hambre están disminuyendo, algunos médicos se consuelan con el hecho de que el descubrimiento de más casos es algo bueno porque, al igual que el caso de West y sus hijos, aún es un tema que generalmente se pasa por alto en la clínica y en el hogar.

“Mucha gente en el campo médico no sabe que la inseguridad alimentaria en la niñez es muy frecuente y que tiene consecuencias médicas y psicológicas reales para un niño en desarrollo”, dice Charlotte Navarre, enfermera titulada y miembro de la facultad en el Programa de Residencia en Medicina Familiar (Family Medicine Residency Program) del Hospital Providence Milwaukie. “El curso aumenta la conciencia y trata los temas médicos para que los doctores puedan sentir que están informados e puedan indicar a las familias en riesgo los valiosos recursos de la comunidad”.

El curso de cinco módulos (Inseguridad alimentaria en la niñez: impacto, detección e intervención de la salud) fue desarrollado en el 2008 por la Iniciativa sobre el hambre en la niñez (Childhood Hunger Initiative) de Oregon, con representantes del Banco de alimentos de Oregon, Kaiser Permanente, la Universidad de salud y ciencias de Oregon, el Servicio de extensión de la OSU, el Grupo de Trabajo de Oregon para Ayuda contra el Hambre y la División de Salud Pública del estado.

Los profesionales de la salud aprenden a hacer preguntas sensibles relacionadas con la inseguridad alimentaria para poder proveer a sus pacientes con intervenciones adecuadas y acceso a los recursos alimentarios y a los trabajadores sociales calificados. Navarre fue uno de los tantos expertos que revisaron el curso en línea en su etapa de desarrollo, e instantáneamente lo incluyó como requisito para todos los residentes de primer año en la capacitación de especialidad en medicina familiar de tres años en Providence Milwaukie.

Desde entonces, dice, el hambre en la niñez se ha tratado de una manera mucho más eficaz luego de “años de no tener importancia para nadie”.

“Vemos niños que son enviados a la clínica desde la escuela porque tienen problemas de conducta, y se les pregunta sobre trastornos en el aprendizaje”, dice Navarre. “Hacer una pregunta estándar de revisión médica (inseguridad alimentaria) es una pieza del rompecabezas, porque a los niños que tienen hambre no les suele ir bien en la escuela. Es difícil concentrarse y prestar atención si tienes hambre. Tenemos que luchar contra eso”.

Por otro lado, la lucha nunca ha sido más relevante. A fines de agosto, Feeding America, una organización nacional de banco de alimentos con base en Chicago, publicó su estudio “Map the Meal Gap” (“Acotar la brecha alimentaria”), el cual demostró que Oregon tenía el índice más alto de inseguridad alimentaria en la niñez de todo el país. El estudio reveló que un asombroso 29,2 por ciento de los niños del estado tienen un acceso irregular a los alimentos nutritivamente adecuados o seguros.

Esa es una noticia desconcertante para Anne Hoisington, especialista en educación alimentaria de la Universidad Estatal de Oregon (OSU) y una de las creadoras del curso Inseguridad alimentaria en la niñez. Pero ella encuentra motivos para ser optimistas: Los registrados de casi 40 estados han realizado el curso desde su comienzo, colocando el tema en primer plano y proporcionando a los profesionales los conocimientos necesarios para aumentar la seguridad alimentaria entre los niños.

“Una vez que la gente complete el curso, se sentirán inspirados para realizar cambios en sus prácticas. Eso es evidente a partir de los comentarios que hemos recibido” dice Hoisington. “Y debido a la cantidad de interés en el curso, hemos recibido fondos adicionales de la gobernación para crear juegos de herramientas a fin de que los proveedores tengan más materiales a mano”.

“Al final, ayudará a nuestros pacientes a tener una vida más sana”.

Y West y sus dos hijos son la prueba de que funciona.

“Es mi responsabilidad cuidar a mis hijos, pero no sabía qué otras opciones tenía”, dice West. “Necesitaba ayuda, y ellos me indicaron la dirección correcta. No puedo agradecerles lo suficiente”.

El curso de Ecampus de la OSU está financiado por el Departamento de Servicios Humanos de Oregon, la Universidad de salud y ciencias de Oregon (OHSU), el Servicio de extensión de la OSU, el Banco de alimentos de Oregon y los Sistemas de salud de Providence.

Recursos de inseguridad alimentaria

Banco de alimentos de Oregon

Feeding America

Socios para un Oregon sin hambre

Programa de Asistencia de Nutrición Suplementaria (SNAP)